"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados".
Groucho
Marx
Finalmente, Grecia ha capitulado frente a
las fuerzas del mercado y sus Panzer Divisionen (la Troika, el Eurogrupo y el
Consejo Europeo).
Las medidas impuestas por el
establishment financiero europeo han sido votadas esta pasada noche por el
Parlamento griego.
El nuevo rescate, que lleva asociadas
algunas pequeñas guindas de "destrucción social masiva" impuestas al
pueblo griego por su osadía de enfrentarse democráticamente a los Amos mediante
el referendum del domingo, llega a Grecia con una promesa de humillación social
sin paliativos y como aviso a navegantes para todo aquel que pretenda
cuestionar el statu-quo.
El nuevo rescate llega de este modo a un
país azotado por 5 años de fracasadas recetas del dogma de la austeridad, con
un corralito y con una población dramáticamente empobrecida a la que ahora se
le quita la dignidad democrática y pasa a convertirse en algo menos que un
Protectorado a la antigua usanza.
Las fuerzas beligerantes en esta guerra
social (sí, he dicho guerra), eran francamente desiguales y el poderoso Goliat
necesitaba de una derrota rotunda y sin paliativos frente al pequeño David para
prevenir futuras tentaciones de resistencia partisana.
Para conseguir este objetivo, primero
había que estrangular la liquidez de los bancos griegos, lo cual se hizo cuando
el Banco Central Europeo disminuyó drásticamente el dinero transferido a estos
y forzando al gobierno griego a introducir el impopular corralito con la
finalidad de aterrorizar a la Ciudadanía griega y forzar el sí en el
referendum.
Y tras la victoria rotunda del NO, el Banco
Central Europeo siguió amenazando a Grecia con interrumpirla en cualquier
momento y provocar la parálisis bancaria del país, mientras que la Eurozona
daba otra vuelta de tuerca en la presión a Grecia poniendo sobre la mesa un
Diktat más que una propuesta de acuerdo.
Otra cosa más, en la misma línea, el
Eurogrupo incorporaba al Memorándum otra medida más: Grecia tendría que
venderse el equivalente a 55.000 millones de euros en activos (propiedades
públicas) y ponerlos en un fondo supervisado por la Troika, como garantía de
pago de la deuda a los acreedores.
Y hablando del rescate y de los
acreedores, una pregunta retórica con una respuesta obvia: ¿el dinero que
reciba Grecia irá al pueblo griego?. Pues no.
Como mínimo en un 90% va a ir al sistema
financiero griego para que pague las deudas (ilegítimas en tanto que
especulativas) a los bancos acreedores (alemanes y franceses mayoritariamente)
por lo cual el recorrido será claro: de la Eurozona a Atenas y de Atenas a
Berlin y Paris. De oca a oca y tiro porque me toca….
Un apunte a una información de la que se
habla mucho: se dice que Grecia dedica un 2,2% de su PIB gasto militar, lo cual
es una barbaridad. Y es cierto.
Ahora bien, hay que saber que Alemania y
Francia, son, por delante de los Estados Unidos, los principales proveedores de
armamento de las Fuerzas Armadas de Grecia y que si el gasto en defensa de Grecia
se hubiera mantenido en la media de los países de la Unión Europea (1,2%), la deuda
griega hubiera sido un 15,5% inferior a la actual. Solo era un apunte…
Dicho esto, volvamos al tema que nos
ocupa.
Hay otras preguntas que merecen
respuesta.
La primera: ¿Por qué el gobierno de
SYRIZA, liderado por Tsipras ha aceptado este acuerdo humillante?.
La Segunda: ¿Ha hecho Grecia las reformas
necesarias en su economía para equipararse a los estándares mínimos de los
países de la Eurozona?.
La tercera: ¿Han tenido los factores
políticos (que no económicos) una influencia decisiva en el resultado final del
rescate griego?.
En primer lugar, creo que la estrategia política
de Tsipras ha sido equivocada y errática. No se puede lanzar un órdago
(referendum) y al día siguiente ponerte a los pies del vencedor con peores
condiciones que las anteriormente ofrecidas por el Eurogrupo.
Cierto es que la capacidad negociadora de
Tsipras era muy limitada pero lo era antes y después del referendum aunque con
los resultados del domingo (un 60% de la Ciudadanía en contra del Austericidio),
Tsipras contaba con un amplio aval para forzar la negociación en una situación
límite para forzar al Eurogrupo a verse abocado a la reversibilidad del Euro y
de este modo, conseguir unas "tablas" en esta maldita partida de
ajedrez. Pero… ¿que se ha hecho?. Dejarse llevar por el miedo a la salida del
Euro y aceptar el Trágala.
Lo he dicho otras veces en este Blog: "el
enemigo de mi enemigo, es mi amigo" y esta baza podría haberse jugado de
forma más hábil por parte de Tsipras para forzar al Eurogrupo a ser "más
comprensivo" con Grecia como, de algún modo reclamaba el gobierno Obama,
ante la terrorífica perspectiva que Grecia dejara de mirar a Bruselas para empezar
a mirar a Moscú i/o a Pequín, lo cual hubiera supuesto una llamada de Obama a
Merkel a horas intempestivas de la noche para forjar sí o sí un acuerdo con
Atenas.
¿Qué la estabilidad del Euro se habría
resentido?. Sí, claro, pero ¿es que alguien piensa aún que después de las declaraciones
del Ministro de Finanzas alemán Wolfgang
Schäuble clamando por el Grexit, el Euro no ha quedado tocado?.
En estas condiciones y ante un enroque
del Eurogrupo ante un NO de Grecia al nuevo Memorándum de rescate, podría
haberse hecho lo que le propuso Varoufakis a Tsipras el día antes del
referéndum: nacionalizar algunos bancos griegos e intervenir el Banco Central
Griego, imprimir euros por parte del Banco Central Griego, emitir una nueva
moneda por parte del Estado y controlar la movilidad de capitales. Pero Tsipras
no lo aceptó, pues temía que ello implicara la expulsión inmediata de Grecia
del euro, que era lo que quería evitarse por todos los medios.
Y así pues, ganó el Euro por el acojone
de Tsipras, porque éste ignoró una baza esencial en la negociación: el capital
financiero alemán no quería jamás de los jamases que Grecia saliera del Euro,
en gran medida por la inestabilidad financiera que esto causaría a la Zona Euro
y a los intereses de la banca alemana.
Además, no hay que olvidar en este punto que
en las reuniones del Eurogrupo, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, se
enfrentó por esta cuestión a cara de perro con el Ministro de Finanzas alemán, Schäuble, más radicalmente neocon y
patriotero que Merkel.
Vamos a por la respuesta a la segunda pregunta.
Las cosas como son. Más allá de los
chanchullos del capital financiero, hay que decir, en honor a la verdad, que el
funcionamiento de la economía de Grecia, es un auténtico desastre que se ha
agravado de forma dramática por la aplicación de las recetas austericidas en
los últimos años.
El Gobierno de SYRIZA propuso en su
programa de gobierno acometer la reforma fiscal (IRPF, IVA y Sociedades,
imponer un impuesto a las grandes fortunas y acabar con las exenciones fiscales
a las grandes navieras y a la Iglesia ortodoxa), reformar la anquilosada e ineficiente administración
pública, reformar la política de inversiones públicas y todo ello manteniendo
el gasto público necesario para hacer frente a la crisis humanitaria que vive
el país).
No obstante, no olvidemos que el Gobierno
de SYRIZA fue investido en enero de 2015 y la tormenta financiera a la que se
ha enfrentado no le ha dado tiempo a resolver los problemas seculares a los que
nunca se han enfrentado los sucesivos gobiernos que le han precedido: a saber,
los de Nueva Democracia y los del PASOK, ambos representantes de la oligarquía griega,
que han gobernado el país en los últimos 40 años.
Por tanto no se pueden pedir peras al
olmo y en todo caso a quien hay que pedir responsabilidades políticas por la
tremenda situación en la que han dejado a Grecia a los dos grandes partidos de
la casta (y de la caspa) griega que han mal-gobernado el país durante los
últimos 40 años y que son los causantes directos del estado de postración y
miseria en la que han dejado al país. Al Gobierno de SYRIZA no le han dado
tiempo.
Y para terminar, vayamos ahora por la
tercera pregunta.
¿Han tenido los factores políticos (que
no económicos) una influencia decisiva en el resultado final del rescate
griego?.
Indudablemente.
Y más aún: la resultante del último "plan
de rescate de la economía griega" obedece más a una venganza política que
a un paquete de medidas económicas de perfil técnicamente impecable.
Debemos subrayar en este punto que los
mayores aliados (hooligans, diría yo…) del gobierno alemán en la humillación de
Grecia han sido los gobiernos español, portugués e irlandés y no nos dejemos
engañar con la escenificación del posicionamiento duro de los finlandeses, de
los países bálticos o de Eslovaquia, como ha dicho la prensa fiel.
A tal efecto, recomiendo la lectura de la
entrevista
a Varoufakis en el New Statesman (13.07.15) en el que éste
afirma que tras el humillante acuerdo con Grecia se oculta un órdago político
preventivo contra SYRIZA y contra aquellas fuerzas políticas que pudieran constituir una amenaza electoral
en contra del statu-quo en España (especialmente), Portugal e Irlanda.
Para concluir otra pregunta: ¿Bueno y
ahora que hacemos?
Solo decir varias cosas que aún no tienen
una clara respuesta pero que más pronto que tarde, la tendrán.
1. La
derrota de Grecia frente a la oligarquía financiera ha supuesto una
clarificación extraordinaria de las reglas que rigen el funcionamiento de la
Unión Europea: aquí manda el Euro y la Democracia es una molestia y un
inconveniente. Ya nadie puede equivocarse al respecto.
2. La
Unión Europea, ni es Unión ni es Europea. Es únicamente un instrumento de la
política alemana, que es la dicta sus políticas, domina el Eurogrupo y a las
que todos nos debemos.
3. La
política alemana es el eficaz y poderoso ariete de la oligarquía financiera.
4. El
Euro es reversible desde el mismo momento en que el Ministro Schäuble lanzó el
órdago del Grexit, lo cual supone en términos puramente económicos el fin del
proyecto Euro a medio plazo y por extensión la consagración de las dudas sobre
la propia esencia del proyecto europeo.
Sin quererlo, las Panzer Divisonen de los
defensores del Orden Europeo Neocon han abierto la Caja de Pandora y pueden acabar
siendo víctimas del "fuego amigo", y si no, al tiempo.
Mientras que este momento no llegue, nos
esperan tiempos difíciles y muy complicados en el que todos (y no solo los
griegos) vamos a vivir peor.
Desde aquí, de nuevo mi solidaridad con
el Pueblo Griego y una recomendación a Alexis Tsipras: compañero, quizás tu
momento político ha terminado y lo más sensato que puedes hacer, es irte a tu
casa.
¡LA LUCHA CONTINUA!
¡NO PASARÁN!
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