3.6.16

Reflexiones sobre el Poder...a todos los niveles

"Lo que sostiene a los tiranos no es su poder sino la sumisión de sus súbditos"
(Condorcet)
"El que no piensa, no nota las cadenas"
(Rosa Luxemburgo) 

Como junguiano convicto y confeso, creo en las sincronicidades y hoy al leer el periódico, me he encontrado "casualmente" con una cita (que me ha llevado a otra) que encajan perfectamente con una situación que me ha tocado vivir personalmente hace unos días y que a primera vista parecerían desconectadas con las citas que encabezan este post…pero no es así.
Hoy quisiera hablaros sucintamente del Poder, sea en mayúsculas o en minúsculas, tanto da porque es lo mismo.
Ya dijo Bertrand Russell que los economistas estudian lo que los seres humanos escogen; y los sociólogos, cómo los seres humanos son obligados a escoger.
Así pues la Sociología se encargaría del estudio de las personas en sus roles, lo cual es, en  pocas palabras, estudiar cómo y por qué se distribuye y ejerce el poder en los grupos, comunidades, instituciones y sociedades a las que pertenecen esas personas.
Y es que muchos autores han coincidido en un hecho fundamental para entender las leyes que rigen la voluntad de dominación de algunos humanos sobre otros y que Hobbes y Montesquieu sintetizaron con su gran brillantez intelectual.
Decía Hobbes en 'El Leviathan' que: en el hombre se manifiesta "un perpetuo e incansable deseo de conseguir poder tras poder", mientras que en el 'El Espíritu de las Leyes' Montsequieu, afirma de forma lapidaria: "Es una experiencia eterna que todo hombre que tiene poder siente la inclinación de abusar de él yendo hasta donde encuentra límites.”
Y es que los autores citados tenían más razón que un santo, porque la enfermiza pulsión del ser humano por el poder (y su correlato, la dominación de los demás), es una constante en la historia de nuestra especie y posiblemente la fuente de todos nuestros males, pero dejo el análisis de este aserto para la Psicología Profunda (y/o la Psiquiatría) que considero que son las disciplinas más adecuadas para hallar explicaciones a esta cuestión.
Los sistemas organizativos de los seres humanos desde la antigüedad más remota hasta nuestros días, se ha basado en la división en clases, la jerarquización y la especialización de roles, lo cual, si bien ha podido ser útil para la supervivencia de nuestra especie, ha generado no obstante unas disfunciones tremendas en términos de dominación de unos por otros y de instauración de privilegios (formales o informales) para las "élites" que han acabado por convertirse en amenazas para el ejercicio de la Libertad y lo peor de todo, a meternos a todos en el coco falsas concepciones sobre la legitimación del poder de aquellos que rigen nuestros destinos en cualquier ámbito de nuestra vida y que acabamos aceptando, sin pensar, como "una cosa dada" que hemos de mantener para preservar el orden social.
Y…¿ sabéis cual es gran problema de todo esto?.
Pues que inconscientemente aceptamos como necesario el poder de las élites como elemento esencial para mantener el orden social (o los consensos cotidianos) y acabamos renunciando a pensar por nosotros mismos y a confundir el Contrato Social con la perruna sumisión a los que mandan o a los que, nadie sabe porque puto motivo se atribuye la condición de élite  que dirige nuestros destinos en cualquier ámbito de nuestra existencia y porque creemos que es normal porque siempre ha sido así, aceptándolo acríticamente como unos absolutos idiotas.
De ahí a los Dioses, a los Sacerdotes, a los Reyes, a la Aristocracia, a los Tecnócratas o a los Caciques y Caciquillos de todo pelaje y en cualquier ámbito de la vida, hay un paso. 
¡Y así nos luce!
Y es que como sabiamente nos decía Max Weber: "el poder, entendido como capacidad de imposición, significa la probabilidad de imponer en una relación social la voluntad de uno, incluso contra la resistencia del otro, con independencia de en qué se apoye esa probabilidad".
¡Joder, Max tenías más razón que un santo!.
Y es que… cuantas veces nos encontramos en nuestro día a día más cotidiano con personas a las que a priori supones seres inteligentes pero que son capaces de actuar en contra de sus intereses y sin pensar, simplemente porque han integrado como en su psique y en su comportamiento la nefasta práctica de seguir siempre al abanderado…
Una parte sustancial de la dominación no siempre se ejerce a través de la coerción directa sino a través del lenguaje; es decir, mediante las definiciones de la realidad, con la separación entre lo nombrable y lo innombrable, entre lo pensable y lo impensable, entre lo posible y lo imposible...
Ya lo decía Castoríades en su obra 'Poder, Política y Autonomía': "Si definimos como poder la capacidad de una instancia cualquiera (personal o impersonal) de llevar a alguno a hacer o no hacer aquello que, por sí mismo, no hubiera hecho necesariamente, es evidente que el poder más grande concebible es el de preformar de tal modo a alguien que haga por sí mismo lo que se quería que hiciera sin necesidad de dominación o de poder explícito".
¡Esto sí que da miedo! ya que configura la realidad y la experiencia que hacemos de ella por nosotros mismos sin tener conciencia alguna de que tras las bambalinas de la realidad y de lo que suponemos como lógico y hasta como necesario se esconde un mecanismo de dominación y lo peor de todo, que se profundiza y perfecciona con nuestra inconsciente y sumisa colaboración.
En pocas palabras, estamos hablando ni más ni menos del concepto de hegemonía entendida como subordinación ideológica de la que ya nos advirtió Gramsci, porque sin el menor género de dudas el poder alcanza una mayor eficacia cuanto menos observable es.
¡Puro Matrix!
La verdad siempre es incómoda porque nos obliga a salir de nuestro "espacio de confort" y rasgar el velo para ver las cosas como son y no como interesadamente nos han educado a verlas. 
En esta situación, lo políticamente correcto, lo necesario para mantener el Contrato Social (mal interpretado, of course) o nuestra colaboración (colaboracionista) para que prevalezcan siempre los consensos frente al "libre examen", acaban por convertirse en herramientas para perpetuar la dominación de las élites sobre los que no forman parte de ellas y lo que más jode, con nuestra inestimable ayuda.
En fin, que como decía Kant "Sapere Aude" y que los seres humanos, en todos los ámbitos de decisión que nos encontramos en nuestro día a día, nos traguemos la pastilla roja de una puta vez y veamos la realidad tal cual es.
Quizás no nos guste lo que veamos pero es lo que hay. 
Y  es que la Libertad es lo que tiene...

Prometeo

PD: una canción de regalo que va muy a tono con el post.