Realmente, pienso que la
cosa está muy mal.
A lo largo y
ancho del planeta surgen con fuerza opciones políticas populistas que crecen
y crecen entre una clase media
empobrecida y proletarizada por las políticas neoliberales aplicadas sin piedad
desde la Revolución Conservadora de los 80 liderada por Reagan y Thatcher y que
alcanzó su paroxismo psicopático con el rescate económico de los causantes de la crisis y la condena de sus víctimas como resultado de la crisis del 2008. Y todo ello con nuestro dinero y con el de nadie más.
La victoria de Trump y el florecimiento de la extrema derecha en esta Carcel de los Pueblos que
hemos convenido en denominar Unión Europea (¡¡¡Maldita Sea!!!), configuran un panorama terrorífico
y desolador en el que, aunque muchos ilusos no se den cuenta, ha destruido en
Contrato Social y está convirtiendo a la Democracia, como principio, en un concepto vacio y a la deriva que nos libera de seguir obedeciendo a la Ley, que ha pasado de ser desde el fundamento del Estado de Democrático de Derecho a la plasmación de un Estado Tiránico Sin Derecho.
¡¡¡Es la Revolución, estúpido!!!
¡¡¡Es la Revolución, estúpido!!!
Los partidos
del Sistema siguen ganando elecciones (y es que nos encontramos inmersos en el
Planeta Zombie) y mientras que en los USA gana las elecciones un patán,
fascista, analfabestia y misógino como Donald Trump (y no es que Hillary fuera
la panacea porque era una gran belicista), los Ciudadanos
de a pié estamos perplejos y desorientados.
Sabemos que esta gentuza no nos representa
y sabemos también que nuestra indignación no es representada ni canalizada por
nadie a fecha de hoy.
Horror Vacui
que va en paralelo a la necesidad de tomar las riendas de nuestra propia vida y
hacer la Revolución en la que caigan de una vez por todas las caretas y muchas, muchas
cabezas.
Hay un cabreo
universal mayúsculo hacia el orden establecido que recorre Occidente.
El 1% de la población se impone frente al 99% pero nosotros, el Pueblo, ni estamos organizados ni controlamos los resortes del Poder.
El 1% de la población se impone frente al 99% pero nosotros, el Pueblo, ni estamos organizados ni controlamos los resortes del Poder.
La gentuza va
ganando la partida y nosotros, en lo económico, la vamos perdiendo inexorablemente
en forma de paro, trabajos precarios y sueldos de miseria que frustran cualquier proyecto autónomo
de vida y nos llevan inexorablemente a la exclusión y a la marginación social, mientras que en lo político, la
desorientación ante la falta de referentes honestos que defiendan a la Plebe y la capacidad de movilización en defensa de nuestra causa,
que es la de la Humanidad frente a la élite, nos lleva inexorablemente a la
deriva y a la derrota.
Y a partir de
este eje, nops encontramos en un Totum Revolutum en el que conviven sinceros llamamientos a un
cambio imprescindible y la emergencia del populismo de medio pelo pero con un enorme predicamento entre el elector zombie.
Francamente pienso que lo tenemos
muy mal.
Los
Privilegiados crearon la crisis y nosotros la estamos pagando con el silencio cómplice
y olaboracionista de los obsoletos partidos del Sistema, momias del
pasado que ya no se representan ni a sí mismos.
El futuro que
se presenta ante nuestros ojos es mucho más que una distopía. Es el puto
infierno.
¿Hay
esperanza?.
No tengo ni idea.
Quizás el futuro del planeta dependa de la caída de un meteorito cuyos devastadores efectos nos igualen a todos: privilegiados y esclavos.Quizás sea una buena oportunidad para los que puedan sobrevivir.
¡Yo que sé!.
No tengo ni idea.
Quizás el futuro del planeta dependa de la caída de un meteorito cuyos devastadores efectos nos igualen a todos: privilegiados y esclavos.Quizás sea una buena oportunidad para los que puedan sobrevivir.
¡Yo que sé!.
Lo único que
puedo decir es que una vez roto el Contrato Social, clave de bóveda del Sistema
Democrático, todo lo que se sigue de aquel, se ha corrompido y lo único que
nos queda es convertirnos en Partisanos.
No soy muy
optimista con respecto a la guerra de guerrillas resultante de lanzarse al monte con el viejo trabuco del bisabuelo,
porque las élites tienen la situación muy bien controlada por lo cual, llegados
a este punto quizás solo nos quede la disyuntiva de Vencer o Morir en el
intento como los 300 de las Termópilas.
Triste
destino el nuestro.