11.3.14

Carta Abierta de la Comisión Permanente de la Gran Logia Simbólica Española al Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón



Señor ministro:
La Gran Logia Simbólica Española, organización de la Masonería liberal y adogmática de nuestro país, le hace llegar su más honda preocupación por la voluntad, al parecer irrenunciable, de usted y del Gobierno de España de llevar adelante el que aún es Anteproyecto de Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Embarazada, conocido comúnmente como “reforma de la ley del aborto”.
Los masones no tenemos, como organización, adscripción partidista ni religiosa. Buscamos una convivencia civil en la que haya sitio para todas las ideas democráticas, para toda creencia que no trate de imponerse a los demás y pretendemos el respeto de todos hacia todos. Por eso nos preocupa tanto el Anteproyecto de Ley que usted y su Gobierno impulsan.
Su anteproyecto no tiene base científica, puesto que confunde deliberadamente lo que es un embrión con lo que es un feto y con lo que es un ser humano, realidades biológicas claramente diferentes que sólo se equiparan entre sí cuando en el debate científico intervienen la ignorancia y las creencias religiosas. Y los amantes de la libertad llevamos siglos luchando para que los preceptos religiosos –sean los que sean– no constriñan, manipulen ni mediaticen a la ciencia.
Como consecuencia de lo anterior no podemos aceptar como válido su Anteproyecto de Ley, porque para los gobernantes debería ser un objetivo prioritario evitar la confrontación y promover los principios de libertad y equidad. Ya el Tribunal Constitucional, en la sentencia 53/1985 del 11 de abril de ese año, establece con claridad que el feto es un bien o valor jurídico constitucional que hay que proteger, pero no una persona con capacidad y titularidad de derechos en el terreno político o jurídico. Quien sí es persona es la madre, y nunca los derechos del embrión o del feto pueden, jurídicamente, anteponerse a los derechos de la madre. Hay abundante legislación internacional en este sentido, que usted sin la menor duda conoce.
De nuevo como consecuencia de lo anterior, su anteproyecto es socialmente regresivo, puesto que pretende devolver a las mujeres españolas a una situación de tutela, inhabilitación para decidir y falta de libertad sobre sí mismas que nuestra sociedad, como la de la mayoría de los países civilizados, superó hace muchos años. El retorno de imposiciones legales sobre un acto tan íntimo y personal como es traer al mundo a un hijo sano y deseado, o evitar que nazca lo que podrá ser (pero aún no es) alguien condenado a sufrir o a hacer sufrir, es, en opinión de la G.·. L.·. S.·. E.·., un grave atentado contra la libertad y la dignidad de las personas, singularmente de las mujeres.
Usted sabe, señor ministro, que una gran mayoría de la sociedad española desaprueba el contenido de su anteproyecto de Ley. Y lo desaprueba porque no responde en modo alguno a una necesidad social. Porque supone una lesión evidente a los derechos y a la libre elección de las personas. Porque muy probablemente conseguirá que vuelva a aumentar el número de abortos (que en los últimos años había estado disminuyendo) realizados, como antaño, en el extranjero por quienes pudiesen pagárselo, o clandestinamente y en condiciones sanitarias deplorables. Porque devuelve a España al grupo de las naciones intolerantes, regresivas, intervencionistas en la vida privada de los ciudadanos y mediatizadas por poderes ajenos a las leyes civiles y democráticas. Y porque es inocultable y evidente que detrás de este anteproyecto, señor ministro, se halla la presión de una confesión religiosa concreta a la que la Masonería respeta, pero no cuando maniobra para controlar la vida, la salud, la dignidad o la libertad de todos ciudadanos, sigan o no sigan sus preceptos. Si el Estado es aconfesional, como dice nuestra Constitución, el ordenamiento jurídico debe serlo también. 
No es admisible que la ley común convierta en delito para todos lo que sólo es pecado para algunos.
Por todo lo expuesto, señor ministro, le pedimos respetuosa pero firmemente que retire del trámite parlamentario el Anteproyecto de Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Embarazada, y que deje la legislación al respecto como estaba hasta este momento, y aún está, poniéndonos a su disposición para cualquier consulta sobre este asunto.

Cordialmente,

La Comisión Permanente de la Gran Logia Simbólica Española

10.3.14

Vampiros en Tiempos de Crisis



Hace tiempo que leí "La Doncella de Hielo" (1983), una obra de culto de Marc Behm que me fue sugerida por un muy querido hermano y que es difícil (como todas las cosas que valen la pena) encontrarla en las librerías al uso.
La novela no tiene pérdida y encaja a la perfección con las dificultades que la tremenda crisis económica (avant la lettre) que, con su carácter global, plantea a los viles mortales y con toda seguridad, debe afectar también a los vampiros.
La historia plantea los problemas de supervivencia de un grupo de vampiros para salir del fango de la puta supervivencia económica y poder vivir (o no-morir, quizás…) con dignidad y desahogo y sin sufrir en sus propias carnes inmorales la angustia de las estrecheces a las que se ven sometidos por su no-vida eterna en un contexto de crisis.
Alimentarse y disponer de un techo, son las primeras prioridades de los humanos y también de los vampiros, pero pienso que ellos, al igual que cualquier hijo de vecino, la supervivencia precaria se convierte en algo muy estresante y en este mundo (o en aquel) todo dios tiene sus sueños y aspiraciones más allá de vivir una angustiosa vida de mierda y conseguir algo para llevarse a la boca y un techo en el que cobijarse y aspira a escapar de la desesperación y a que le toque la lotería o algo así para salir de la pesadilla del Leviathan neoliberal.
Behm, en su novela, es fiel al Corpus y la Tradición vampírica aunque a diferencia de Anne Rice (que considera que si eres eterno, el dinero no es problema... joder yo me apunto!!!), considera que el vampiro, pese a sus capacidades sobrenaturales, se maneja en el mundo moderno con las mismas limitaciones que las que impone la coyuntura al resto de los mortales.
La obra se divide en dos partes, en la primera se nos presenta a los protagonistas, su vida pasada y sus actuales problemas.
La segunda es una alocada descripción del extraño y alucinante robo que emprende el trío para solucionar sus problemas.
Al fin y al cabo, a los tres vampiros de la novela se les escapa el conocimiento del mundo moderno y la propia inmortalidad no les ha convertido precisamente en poderosos e invulnerables, sino todo lo contrario.
La narración, tras presentar con sus convenientes flash-backs a los personajes, termina por moverse en un tono de screwballcomedy con escenas de sexo enloquecido, persecuciones y escenas con planes descabellados y delirantes al más puro estilo marxista (del divino Groucho Marxcon un tempo absolutamente cinematográfico.
En definitiva, "La Doncella de Hielo" es una novela excelente y muy divertida que hay que leer y que os hará reflexionar sobre la necesidad de unirnos los vivos y los no-muertos en el frente de lucha frente al común enemigo de ambos. 
Hay que ganar la lucha frente a la Bestia Neoliberal y después ya arreglaremos nuestras pequeñas diferencias culinarias.   

8.3.14

Algo perverso e inquietante

Otro video de Stefano Tagliaferro. Un  absoluto genio del mal.

Tieck, Poe y el Viaje a la Azul Distancia



Conocí a Tieck a través de la lectura de "La Caída de la Casa Usher" del maestro Edgar Allan Poe. Una obra sublime e inquietante que es pecado mortal no haber leído.
Aquel viernes en que me acerqué a Tieck estaba en casa de mi misántropo amigo, el Malvado Mabuse.
Era medianoche cerrada, la fría humedad del invierno de Barcelona que entraba por la ventana para oxigenar la estancia nos calaba los huesos. 
Habíamos bebido demasiado y fumado más de la cuenta, y para todo comer, habíamos dado buena cuenta de un mísero gazpacho mojado en pan Bimbo al son diabólico de un inhumano, espectral y jodido organillo que no paraba de sonar y que nos taladraba la cabeza y la paciencia. 
¿Era un sonido real o el resultado de algún residuo psíquico que quedó por allí tras una sesión de Ouija?. Nunca lo sabremos ni tampoco hablamos jamás sobre ello.
Después de la cena espartana, recuperado el equilibrio mental y repantigados en el sofá, escuchamos en absoluto silencio el relato de Poe en versión de Juan José Plans (con un cassette, a lo tradicional…. aunque ahora la puedes encontrar en podcast) y después se hizo un inquietante y denso silencio.
Mabuse, mientras rellenaba de nuevo los vasos con mas whisky (es un auténtico connoisseur de este brebaje) aunque con escasa puntería derramándome buena parte del mismo en la mano (sin queja alguna por mi parte), me preguntó:
"Eh, cabronazo, has reparado en Tieck?".
Yo, bastante aturdido por el alcohol y los "divinos" cigarrillos que habíamos fumado con profusión, no acerté a responderle más que con una mirada ida y un profundo gruñido que quería expresar algo semejante a "de que cojones me hablas?", mientras que sin darme cuenta, el Pérfido Mabuse ya tenía en sus huesudas y largas manos como de pianista el gastado ejemplar de las "Narraciones Extraordinarias" de Poe traducidas por Julio Cortázar (un absoluto tesoro, la Biblia de los Condenados) y me estaba leyendo, el párrafo de marras del relato de Poe:
"Nuestros libros (los libros que, durante años, habían formado no pequeña parte de la existencia de aquel invá­lido) estaban, como puede suponerse, en estrecha confor­midad con aquel carácter de visionario. Escudriñábamos juntos en las páginas de obras como Ververt et Chartreu­se, de Gresset; el Belfegor, de Macchiavelli; el Cielo e In­fierno, de Swedenborg; el Viaje Subterráneo de Nicolás Klinun, por Holberg; las Quiromancias, de Roberto Flud, de Juan de Indaginé, y de De La Chambre; el Viaje a la Azul Distancia, de Tieck; y la Ciudad del Sol, de Campa­nella".
Tras su lectura, Mabuse me dijo:
"Tanto tu como yo, hemos leído todos y cada uno de los volúmenes que cita Poe en su relato pero ni tu ni yo hemos podido acceder aún al "Viaje a la Azul Distancia" de Tieck. Te das cuenta?. Es un libro inencontrable que no he podido hallar ni en la librería de ejemplares antiguos y raros de mi familia, y eso me perturba y me angustia".
Sabiendo que la librería de la familia de Mabuse era quizás la más prestigiosa de la ciudad y un referente internacional en cuanto a la venta de libros antiguos (en la que por cierto conocimos juntos en nuestra preadolescencia la obra de Murnau y la de Eisenstein, entre otras… Tiempos Gloriosos!!!), concluí que si no estaba allí es que el volumen era prácticamente una obra imposible de encontrar.
Así, Mabuse y yo empezamos un diálogo sobre Tieck y su misterioso Viaje a la Azul Distancia, un libro misterioso e inencontrable y quien sabe si imposible, con un título potente, brutal y de resonancias lovecraftianas que me llevó posteriormente a buscarlo sin éxito por todas partes pero que quizás era un trasunto del inencontrable Necronomicon de H.P. Lovecraft,  y que con el tiempo me llevó a recorrer su obra y a situarla en el lugar que le corresponde como uno de los fundamentos en la arquitectura argumental de Poe y en el desarrollo posterior de la literatura fantástica y de terror del siglo XIX.
Pero hablemos de Tieck.
Johann Ludwig Tieck nació en Berlín el 5 de mayo de 1773.
Después de estudiar filología y literatura en las universidades de Halle, Göttingen y Erlangen 1792-1794, Tieck se embarcó en una carrera como escritor profesional. Regresó a Berlín, donde permaneció hasta 1799 , escribiendo cuentos moralistas y satíricos de poca monta y de escaso interés para el editor Friedrich Nicolai, sino también a publicar sus propios cuentos sobrenaturales y fantásticos.
Tieck, Intelectual potente, racionalista y firme seguidor de los ideales de la Ilustración,  tras diversas vicisitudes y experiencias vitales varias, en 1794 adaptará viejos cuentos populares alemanes y escribirá cuentos propios sobre lo sobrenatural y lo extraño  como El monte de las Runas (1802) y Der blonde Eckbert (1797), una inquietante  historia de culpabilidad, incesto, locura y sucesos sobrenaturales en la que el personaje principal trata de superar su vida solitaria por confiar sus secretos más íntimos a los demás, pero la introspección y la confesión sólo revelan una verdad más horrible, que le sumerge en una profunda locura.
Tras diversas incursiones de menor importancia en el territorio literario de la sátira y el drama histórico, como Leben und Tod der heiligen Genoveva (1799) y  Kaiser Octavio (1804) y ser un precursor del teatro experimental del siglo XX con obras como Prinz Zerbino y Der gestiefelte Kater, en 1799, Tieck entra en contacto con un grupo de escritores románticos de Jena, principalmente Novalis y August Wilhelm y Friedrich von Schlegel  y colaborará activamente con ellos en la edición de la poesía medieval.
Tieck también traducirá al alemán El Quijote de Cervantes (convirtiéndose en un hispanista avant la lettre) así como las obras de William Shakespeare.
Su narrativa extensa se encuentra al principio muy influida por el masón Goethe y la corriente del Sturm und Drang, de forma que resulta ser de carácter gótico o fantástico; en ella sobresalen su novela epistolar La historia del señor William Lowell (1795-1796), Vida de poeta (1826) y El joven ebanista (1836).
Lo que más me ha interesado de las lecturas del desconocido Tieck  son sus relatos sobre vampiros, en primer lugar No despertéis a los muertos (1800), que constituye la tercera incursión del Romanticismo en el mito de la mujer-vampira tras las seminales Lenore de Gottfried August Bürger (1773) y La novia de Corinto (1797) de Goethe y que ejercerá una influencia innegable en la génesis y el desarrollo de los relatos de vampiras en la obra de Poe y posteriormente en la inquietante y magistral Carmilla, de Sheridan Le Fanu.
En definitiva, Tieck es un tipo francamente interesante y siendo una rareza leerlo, diré que para los fieles a Poe en general y a la novela gótica en particular es una fuente imprescindible que permite entender los desarrollos posteriores de la misma.
Y como siempre, gracias Pérfido Mabuse, amigo mío…y sigamos juntos la febril búsqueda de un libro perdido y posiblemente inencontrable.