El pasado lunes, día 2 de junio, nos llega la noticia: Juan Carlos adbicaba en su hijo Felipe.
Bueno, para aquellos que somos republicanos, este hecho nos muestra de nuevo que ni todos los espermatozoides ni todos los óvulos son iguales. Los de nuestros padres y nuestras madres valen menos que los de los Borbones y por si poco nos faltaba, no solo la justicia no es igual para todos sino que tampoco lo es la genética, o por decirlo más a las claras: todos los polvos, queridos lectores, no son iguales… qué le vamos a hacer…
El mismo lunes de marras asistí a la manifestación convocada en la Plaça Catalunya de Barcelona en favor de la República y de nuestro derecho a decidir sobre si queremos perpetuar los privilegios de una dinastía degenerada (junto con sus prebendas, su vidorra y sus vicios a cargo de todos los ciudadanos) o bien construir un régimen en el cual, tengamos el derecho a no reelegir al Jefe del Estado si este demostrase ser un crápula, un inútil, un mamarracho o un corrupto.
Antes
de empezar mi reflexión, un poco de repaso a la historia de estos últimos 40
años.
Lo
confieso aunque me joda: con la próxima proclamación de Felipe como nuevo rey,
tengo que reconocerle a Franco que estuvo acertado cuando dijo aquello de dejarlo
todo atado y bien atado. Tenía razón el hijo de la gran puta.
El dictador genocida nos encasquetó un rey que a partir del régimen nacido del golpe de Estado contra la República, de una sangrienta guerra, de una feroz represión y de una dictadura de 40 años, pilotó la Transición desde el propio régimen (y planificada desde el exterior) y con la renuncia (o anuencia cómplice) de los partidos de la oposición democrática.
Años después, el rey se convirtió en el salvador de la democracia tras el auto-golpe del 23-F (del que hablaremos otro día) y se instauró un régimen de partidos de turno dinástico, en una reedición de la Restauración canovista, que ha terminado en un sistema periclitado, corrupto, inmovilista y generador de problemas, en el cual se ha substituido la Soberanía Popular por la supremacía del Dogma Neoliberal.
El dictador genocida nos encasquetó un rey que a partir del régimen nacido del golpe de Estado contra la República, de una sangrienta guerra, de una feroz represión y de una dictadura de 40 años, pilotó la Transición desde el propio régimen (y planificada desde el exterior) y con la renuncia (o anuencia cómplice) de los partidos de la oposición democrática.
Años después, el rey se convirtió en el salvador de la democracia tras el auto-golpe del 23-F (del que hablaremos otro día) y se instauró un régimen de partidos de turno dinástico, en una reedición de la Restauración canovista, que ha terminado en un sistema periclitado, corrupto, inmovilista y generador de problemas, en el cual se ha substituido la Soberanía Popular por la supremacía del Dogma Neoliberal.
Pero
llegó la tremenda crisis en el 2008 y su progresión gradual, como la Peste y rompió los
diques de contención del silencio cómplice que los partidos dinásticos y los
medios de comunicación mantenían sobre las tropelías de la corona.
Y
así, la figura hasta entonces sacrosanta del rey, empezó a tambalearse al mismo
ritmo al que la sociedad y las vidas de los vasallos del rey se desintegraban y
se hundían en la miseria.
Y así supimos del vergonzoso caso Noos y de las presiones de la corona sobre la fiscalía para evitar que Cristina fuera a declarar al juzgado, de las correrías amorosas de Juan Carlos con la lobbista Corinna, del repugnante e inhumano episodio de Botswana (solo propio de un psicópata sin alma), de las cuentas opacas del rey en Suiza, del "he cometido un error y no volverá a ocurrir"…etc, etc…
Y así supimos del vergonzoso caso Noos y de las presiones de la corona sobre la fiscalía para evitar que Cristina fuera a declarar al juzgado, de las correrías amorosas de Juan Carlos con la lobbista Corinna, del repugnante e inhumano episodio de Botswana (solo propio de un psicópata sin alma), de las cuentas opacas del rey en Suiza, del "he cometido un error y no volverá a ocurrir"…etc, etc…
Y en estas llegan las elecciones Europeas y se produce un terremoto político de gran magnitud.
Se hunde el bipartidismo y las fuerzas de izquierda obtienen una victoria arrolladora.
Y ahora llegamos al final de este relato por la historia reciente.
A
los pocos días de las elecciones y el lunes posterior al fin de semana en que
se cerrase la reunión del Club Bilderberg en Copenhague, va el rey y nos abdica
de forma intempestiva y con una prisa e improvisación institucional sorprendente.
Aquel lunes fue de órdago.
El rey anula a primera hora de la mañana del día 2 de junio su asistencia a un acto oficial en Barcelona. Rajoy interviene a mediodía para anunciar la decisión de Juan Carlos y éste una hora después comparece en televisión con un discursito calcado a los peñazos que sufrimos cada noche del 24 de diciembre y Felipe (el ganador del Gordo de la Primitiva del sorteo del 2 de junio), que a la sazón se encontraba en la toma de posesión del Presidente de El Salvador, tiene que volver precipitadamente a España.
Aquel lunes fue de órdago.
El rey anula a primera hora de la mañana del día 2 de junio su asistencia a un acto oficial en Barcelona. Rajoy interviene a mediodía para anunciar la decisión de Juan Carlos y éste una hora después comparece en televisión con un discursito calcado a los peñazos que sufrimos cada noche del 24 de diciembre y Felipe (el ganador del Gordo de la Primitiva del sorteo del 2 de junio), que a la sazón se encontraba en la toma de posesión del Presidente de El Salvador, tiene que volver precipitadamente a España.
Una
abdicación por sorpresa en toda regla. Tanto, que más que una abdicación esto
se parece más a una huída.
Y
yo me pregunto: ¿Qué está pasando en realidad?. ¿Qué nos están ocultando?.
Mi
hipótesis: aquí han pasado cosas gordas y las desconocemos.
Como
esfuerzo intelectual para resolver el enigma propongo una primera premisa: la
oligarquía tiene miedo y ha decidido pasar a la acción para salvar los muebles.
Creo
que la oligarquía (y en esta incluyo a los poderes fácticos de este país, al
poder financiero, a la casta política dinástica y a "nuestros amigos
americanos y europeos"), tiene miedo a un más que posible estallido social
y que si la tendencia observada en las elecciones europeas, las municipales del
año que viene pudieran convertirse en una repetición de lo ocurrido en las
municipales de 1931. Y de las posteriores generales ya ni hablamos.
Y
que el hartazgo popular, unido a la miseria social y al caldo de cultivo de un
estallido social que pudiera llevarse por delante el statu-quo del 78 y poner
en riesgo sus intereses, la oligarquía ha decidido tomar medidas urgentes
poniendo en marcha lo que yo, para entendernos he llamado La Operación Gattopardo, haciendo referencia a la sensacional película de Visconti, basada en la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.
Todos
los cinéfilos de pro, recordamos esta sensacional película y tenemos en mente la
escena en la que la que Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, refugiado en
su residencia de verano, en el Castillo de Donnafugata y viendo como el embate
de los garibaldinos en Sicilia está a punto de finiquitar el antiguo orden de
privilegios, mantiene una conversación con su sobrino, Tancredi Falconeri, que a
pesar de combatir en las filas garibaldinas, es lo bastante oportunista para
intentar aprovecharse de la situación y adaptarse al nuevo sistema político.
En
esta conversación, Tancredi le dice al Príncipe de Salina:
"Si queremos que todo siga como
está, es necesario que todo cambie".
Creo
que esta frase es una de las claves de la operación política de largo alcance
que ha empezado con la abdicación de Juan Carlos en su hijito.
No
es tan solo una estrategia para salvar a la institución monárquica que se
desmorona, es una operación para salvar al régimen mismo nacido en la
Transición.
Amigos
lectores, la Transición se muere pero está dando los últimos coletazos para
intentar salvarse y evitar el Cambio imprescindible y esta operación ha
empezado por el núcleo duro del régimen del 78: la corona.
Tras
el anuncio real, los hechos van a seguir un guión pautado.
Después
de la proclamación del nuevo rey, vamos a vernos inundados por una oleada
mediática que nos va a vender que España ha entrado en un nuevo tiempo y la
dinámica que va a desencadenarse nos puede llevar soluciones de situaciones hasta
hoy enquistadas y que en el momento en que escribo este post aun no logramos
entrever ni tan siquiera imaginar como posibles.
Uno
de los ejes básicos de la operación pasa por Catalunya y quizás podremos ver
con estupefacción como se hace posible una reforma constitucional que
"resuelve" definitivamente su "armónico encaje" en el
Estado en los "nuevos tiempos de cambio y regeneración".
El
propio Luís María Ansón, uno de los mayores vasallos propagandistas de la
monarquía parlamentaria y defensor de la derecha más rancia y casposa, nos decía en un
artículo en El
Mundo:
"La Transición fue una operación
política de profundo calado que permitió a España el trasvase de una dictadura
de cuarenta años a una democracia pluralista plena, sin traumas ni violencias.
El Rey ha presidido, en uno de los más fecundos reinados de la Historia de
España, un largo período de libertad, de paz y prosperidad. Los diversos
Gobiernos, sin embargo, no han sido capaces de transmitir a las nuevas
generaciones las excelencias de la Transición y hoy la juventud permanece
divorciada del sistema al 70%, indignada al 30% y asqueada casi al 100%. Se
impone una reforma constitucional de fondo que incorpore al sistema a las
nuevas generaciones y que resuelva el órdago secesionista catalán. (…). Parece
obligado que el nuevo Rey, en cumplimiento de las funciones que el pueblo
español le encomienda en la Constitución, concilie las diferencias entre los
grandes partidos para hacer viable la reforma constitucional que exige la salud
de España".
Vete
a saber si a fecha de hoy no está ya pactada y acordada la reforma entre
bambalinas entre los partidos dinásticos y Artur Mas, que podrá vender un éxito
político lo que va a ser una victoria de la "tercera vía" sostenida
por el maquiavélico Duran i Lleida, eso sí, generando una enorme frustración
entre los partidarios de la opción soberanista pero que la casta (y CiU es
casta) sabrá venderles de forma magistral hasta el punto de hacerles comulgar
con ruedas de molino.
No
debe ser ajeno a esta hipótesis el misterioso tweet que, el líder d'Esquerra Republicana,
Oriol Junqueras (un tipo muy inteligente, honesto y que me cae bien aunque
discrepe políticamente con él) publicaba el día 3 de junio y en el que decía:
"Ens
intentarán comprar amb una oferta que mai compliran. Però hi ha gent que té
tanta pressa per vendre's que es regala abans de l'oferta".
Como
digo, Junqueras, que no tiene un pelo de tonto, ya se ha visto venir lo que se está cociendo y nos ha regalado
una profecía inequívoca sobre lo que está por venir que ya la querría
Nostradamus para sus Centurias.
¿Queréis
más pistas?. Pues vamos a ello.
El
propio líder del PP, el infame Mariano Rajoy, junto a sus adláteres, empiezan
ya a hablar de posibles escenarios de reforma constitucional (hasta ha mencionado
el escenario federal!!!), acercándose así al curro que se ha pegado su mano
izquierda (me estoy refiriendo al igualmente infame Rubalcaba), que ya hace tiempo que nos venía predicando
las bondades de la reforma constitucional federalizadora.
Y
sobre Rubalcaba un apunte importante.
Su
decisión de abandonar el liderazgo del PSOE tras la debacle de las elecciones
europeas pero mantener hasta el próximo congreso las riendas del partido no es
ajena a la operación que está en marcha.
Con
su continuidad en la secretaría general del PSOE hasta el congreso del partido
(que solo augura incertidumbre), Rubalcaba se asegura el pilotaje del PSOE, un
elemento clave para asegurar el triunfo de la ley orgánica de sucesión que va a
debatirse en el Congreso de los Diputados, garantizando junto al Partido Popular
(las dos manos del régimen, derecha e izquierda, unidas para aplaudir al nuevo
rey), ya que lo que ocurra tras el congreso del PSOE y las voces que se alzan
contra el conchabeo en el seno del partido (por parte de los verdaderos
socialistas que aún quedan en el PSOE), no permiten a Rubalcaba garantizar que
va a ser del PSOE tras el congreso extraordinario del 26/27 de julio.
Otro
dato que considero importante con respecto a los tiempos que vienen.
El
miembro del consejo de administración de Gas Natural, el infame Felipe González, sí, el
que se aburre con su curro millonario, ha vuelto como un zombie desde la tumba
para martillearnos con su idea de la gran coalición, elemento que será
imprescindible en los nuevos tiempos de nuevo consenso y pactos de Estado que
vienen, y si no, al tiempo…
Y
hablemos un poco de los relevos necesarios para estos nuevos tiempos que
vienen.
En
el PSOE, "la sucesión" a la secretaría general del partido ya está
blindada (sea con Susana Díaz o con cualquier otro "jovencito" que con su cara bonita y nueva sea capaz de convencer a la gente de que sí, que ahora la renovación va en serio).
La suerte está echada y la Operación Gattopardo ya tiene escrito el guión del futuro del PSOE.
La suerte está echada y la Operación Gattopardo ya tiene escrito el guión del futuro del PSOE.
Susana
Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, joven, mujer y líder del partido en
una Comunidad Autónoma básica para el PSOE y que ha conseguido mitigar la debacle
electoral del partido en las últimas Elecciones Europeas, es la candidata ideal
para los nuevos tiempos que ya nos han escrito. Y si la elegida no fuera ella, no seria descabellado pensar que va a ser a la candidata socialista a las generales tras el futuro desastre electoral del PSOE en las municipales y autonómicas del año que viene.
Y
en el PP, al tiempo. la Operación Gattopardo, va a llevarse por delante a Rajoy
y a su ejecutiva, más pronto que tarde. El presidente del gobierno ya está
amortizado y es un despojo molesto para los nuevos tiempos".
El
Caso Gurtel, los tribunales y la debacle económica del país, se encargarán de borrarlo del mapa y propiciar un aggiornamento de la derecha de esta
derecha montaraz y ladrona, que concluirá igualmente con un nuevo liderazgo más
"moderno" y acorde con los
nuevos tiempos que soplan, joven y libre de toda sombra de corrupción. Y sino
al tiempo.
Y
ahora nos toca hablar de otro ladrón de guante blanco: Iñaqui Urdangarin, más
conocido como el Duque Empalmado. Este
pobre desgraciado, ya está condenado.
Para
decirlo de algún modo es el chivo expiatorio que va a ser utilizado en la
Operación Gattopardo para demostrar que esta ola de renovación, de
transparencia y de júbilo democrático va en serio y por tanto va a dar con sus
huesos en la "trena". Así se escenificará que la "Nueva
Transición" tiene por norte la Justicia y que ésta es realmente igual para
todos.
El
castigo ejemplificador por excelencia y escenificado a la perfección.
El
ladrón de Iñaqui, un tipo, "muy preparado", of course, pero con escasísimas
luces, el pobre chaval, será sacrificado sin piedad.
De
hecho, a fecha de hoy, ya lo está. Y a su parienta, que ya no formará parte de
la familia real, patada al culo y a vivir en el más absoluto anonimato de por
vida.
En
definitiva, estas son algunas de mis personales reflexiones para los tiempos
que están por venir.
En
fin, que más allá de la escenificación purificadora y de la carnaza que van a
lanzar a las fieras, lo que está en juego es mantener el sistema para que todo siga
como está y la oligarquía y la casta, renovada, siga mandando, como siempre.
Hay
que estar atentos a los acontecimientos, cuya escenificación nos va a
sorprender con toda seguridad, pero no debemos dejar que nos confundan.
Ahora nos queda lo más fundamental: definir que tipo de República queremos y luchar por ella en la calle.
Espero
que la Caja de Pandora acabe explotándoles en sus putas narices y que todo
acabe cambiando para que todo sea distinto.
¡¡¡VIVA LA REPÚBLICA!!!
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