17.6.13

SOLIDARIDAD FRATERNAL CON EL GRAN ORIENTE DE FRANCIA


El pasado día 24 de mayo, la extrema derecha paramilitar francesa, alineada bajo las siglas del grupúsculo Dissidence Française (heredera del colaboracionista Pétain, de l'Action Française de Charles Maurras, del grupo terrorista OAS, d'Édouard Drumont y de otros personajillos varios que merecen su lugar de (des)honor en la Historia Universal de la Infamia y la Traición "Made in France", tales como Georges Valois, François Coty, Marcel Bucard, François de la Rocque, Marcel Déat , Xavier Vallat, Eugène Deloncle, Eugène Schueller, Jacques Corrèze, Joseph Darnand, del intelectual fascistoide, Alain de Benoist en los ochenta y ya más en nuestro tiempo del ínclito Jean Marie Le Pen y de su hijita Marine, considerados como moderados por los gorilas de DF) bloqueó el acceso a los Hermanos del Gran Oriente de Francia a su sede central, situada en la Rue Cadet, al Oriente de Paris.
Son pocos y posiblemente estaban excitados por un coctel mortal compuesto con un 50% de exceso de alcoholes varios y el otro 50% por una mezcla de analfabetismo funcional,  resentimiento del cabeza-hueca, neandentalismo militante y frustración congénita fruto de la propia impotencia e incapacidad del yo, aderezada con un toque maestro de estulticia.
Digo que son pocos y no me equivoco pero no por ello son menos nocivos para la Democracia y los Valores Republicanos.
Lo que pasa es que los Masones (y más en Francia) tenemos "mucha mili" y como decía el Hermano Goethe: "Ladran?. Sus estridentes ladridos solo son señal de que cabalgamos" y la República Francesa, Hija de la Ilustración, sin duda sabrá manejárselo pese a los forúnculos que, de tanto en cuanto, emergen en toda Sociedad Abierta.
En conclusión: mi más absoluta solidaridad con los Hermanos del Gran Oriente de Francia y con su firme defensa con los Valores Republicanos de Libertad, Igualdad, Fraternidad y Laicidad.
Al menos en Francia, el forúnculo está localizado y es fácilmente extirpable. 
En España, desgraciadamente y por jodida tradición, no tenemos forúnculo sino una repugnante y nociva metástasis que hoy habita en La Moncloa.

VIVE LA RÉPUBLIQUE!!!
LIBERTÉ, EGALITÉ, FRATERNITÉ!!!

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