26.8.11

De la visita de Ratzinger al golpe de Estado constitucional de los mercados o de por que no se van todos ustedes a la mierda y nos dejan en paz


Me he estado calladito durante un tiempo aunque la visita de Ratzinger a España daba para que hubiera hecho un post...o dos, pero a la vista de los últimos acontecimientos (oh, perdón, quería decir sucesos) acaecidos últimamente en este país, creo llegada la hora de decir algunas cosas porque me lo pide el cuerpo.
De la visita de Ratzinger, el último monarca teocrático de Europa, empezaría y no acabaría.
Todos hemos tenido la oportunidad de que se nos pongan los pelos como escarpias viendo por televisión una manifestación de la más pura España Negra, sí la de siempre, la España rancia, casposa, carca, la de los Autos de Fe y las de las pajas del cura en el confesionario, tomando las calles, con cientos de pederastas ensotanados en prime-time y una marea (lo digo por lo de mareo, arcadas, nauseas) de jovencitos reaccionarios con el rosario en la mano y riéndoles las gracias con fervor a los mismísimos Inquisidores... Ea, Viva las Caenas, coño!!!.
Y hemos visto también como se las gasta la policía (siguiendo órdenes del gobierno socialista) contra los manifestantes laicos tratando de emular a los antiguos "grises" de Franco.
Y como no, los servilones de nuestros gobernantes, rindiendo pleitesía a la clericalla y pasándose por el forro de sus cojones el precepto de la no confesionalidad del Estado. Ojo! he dicho no confesionalidad que no laicidad porqué esta noble, digna y democrática aspiración, ya se han encargado los socialistas de enterrarla a conciencia y a cargo de los impuestos de todos, de los míos también!.
Y por medio convocatoria de elecciones en las que, de nuevo Cánovas y Sagasta redivivos se disputan, con su conchaveo de siempre, el reparto del pastel con un público indignado, cansado y harto, con una situación económica que da pavor, con el empobrecimiento creciente de la población y con el desmantelamiento preciso y sistemático del Estado del Bienestar de manos de un presidente socialista que si bien hizo esfuerzos notables para ampliar los derechos sociales, ha sido totalmente incapaz para decir no a la tiranía de los mercados y plantar cara a la dueña de Europa, la Merkel a la que cada vez que la veo y la oigo, como cuando escucho a Wagner, siempre me entran ganas de invadir Polonia.
Una precisión: he dicho hablando de ZP que "ha sido totalmente incapaz". No!, me he equivocado.

No se trata de que sea un pusilánime o un inútil. No, es mucho peor: ha sido un "colaboracionista de los mercados". Un enemigo del pueblo, en definitiva, que ha destruido al socialismo en España para muchos años y que ha abierto las puertas del gobierno a la ultraderecha choriza, carca, ramplona y neocon a partir del próximo 20-N.
Y ahora, para culminar su tarea de deconstrucción, nos sale ZP sacándose de la manga una reforma constitucional exprés, pactada con el PP para complacer los deseos de los especuladores financieros, de los neocons de todo pelaje y de la Kaiserin teutona, que ha convertido la idea de Europa en un cenagal y una insoportable pesadilla.
Ah, pero fijaros que curioso. Los 2 grandes partidos, incapaces por principio de llegar a un gran acuerdo de Estado para salvar a este país y a su gente de la debacle en la que ellos nos han metido, solo necesitan 48 horas para ponerse de acuerdo en reformar la Constitución para consagrar en la carta magna el asesinato del Keynesianismo y el fin del Estado del Bienestar para las presentes y las futuras generaciones e imponer la tiranía del mercado para siempre jamás.

Y que nadie se confunda: que la reforma constitucional no trata de que los políticos no derrochen nuestro dinero, sino de cargarse el Estado del Bienestar. Es eso y no hay más!.

Señor Presidente: que Dios y los magnates internacionales le premien por su labor dándole un retiro de oro en algún consejo de administración de alguna transnacional, como hicieron con Aznar Primero, El Demente, que de pagarle la pensión vitalicia ya nos encargamos yo y el resto de conciudadanos de este desgraciado país.
Y en medio de este panorama, la pregunta: ¿hay futuro?. Claro que sí, pero hay que empezarlo a construir condenando al ostracismo a aquellos que han convertido a este país en "la nave de los locos", a la Democracia en una pantomima y que pugnan por convertirnos en siervos en lugar de ciudadanos.
Mientras este momento llegue, lo que decía al empezar: Señores Ratzinger, Zapatero, Rajoy, Merkel y Compañía: ¿por qué no se van todos ustedes a la mierda y nos dejan en paz?